viernes, 26 de marzo de 2010

Viernes de Dolores




Pero que afortunada soy de la familia tan grande que tengo. Grande en los dos sentidos... Pero sobre todo grande de estupenda y maravillosa. Mis padres, que son unos amores los dos, (si a los quince años me dicen que algún día hablaría así de ellos, no me lo creo), como saben que estoy pasando una mala racha, que estoy muy tierna y sensiblona, me están intentando alegrar la existencia todo lo que pueden, y aunque no sé si lo saben, lo están haciendo muy requetebien.

El sábado pasado fue su 40 aniversario de casados, que se dice pronto, pero telita... Y el caso es que en mitad de la comida de celebración, con hermanos, cuñados, sobrinos y demás, resulta que el camarero le lleva un ramo de flores preciosas a mi madre, ramo que previamente mi hermana mayor & cuñado habían encargado puesto que ellos no podían ir a la comida por estar en NY nada menos... Total, que en el mismo momento en que aparecen por allí las flores, como si de una súbita alergia ipso facta se tratase, rompo a llorar como una madalena...

Y mi hermano, que tiene la sensibilidad del pepino el pobre, me pregunta:

-¿Qué te pasa Lola, tienes alergia?
-Sí, a los indeseables- contesta mi cuñada, veloz y avispada ella.

El caso es que ya ha pasado una semanita desde aquel día, con mis más y mis menos, y hoy es mi santo, claro, es Viernes de Dolores. Yo no tenía ni idea, la verdad, ni me he acordado. Nunca lo he celebrado ni he tenido regalitos ni na de ná. Pero mis compañeras de trabajo, que también son muy grandes de lo estupendas que son y que me quieren mucho -y yo a ellas-, hoy en el desayuno, todas a una:

-¡¡¡FELICIDADES!!!

Y yo, que no entiendo nada, pongo cara de poker y muy educada contesto -¿gracias?- mientras pienso: "¿me habrán subido el sueldo y yo sin entrarme? Definitivamente me hace falta ese café que he pedido... ¡camareraaaa!"

-¿¿Es que no lo sabes?? ¡¡Es tu santo!!

Y yo, totalmente convencida:

-¡¡Qué va, hoy no es mi santo!! ... Si mi santo es... es... ¡andá! pues sí que va a ser mi santo.

Y nada, con la tontería del santo ya me han besuqueado, agasajado y mimado todo lo que me hacía falta por hoy en mi trabajo. Y yo encantadísima, os podéis imaginar...


Total, que horas después, cuando estoy en plena ebullición currantil, hablando por teléfono con mi responsable del marrón que nos acaba de caer como si de la bomba atómica se tratase, mi compi me deja un post-it en mi mesa:

"Han llamado de identificación, que tienes que bajar a recoger un paquete".

Así que cuando por fin cuelgo el auricular, me dirijo al ascensor notando el latido en el pecho cada vez más fuerte, mientras pienso:

"Ay, madre... que no sea nada que me amargue, ¿qué será? alguna carta certificada... eso espero. ¿O será...? el indeseable no habrá tenido la ocurrencia de enviarme nada, ¿no?... ay qué nervios, joder y el ascensor ¿por qué tarda tanto?".

Finalmente aparezco en identificación, y me encuentro con un hombre de unos 200 kilos, muy amable él, sosteniendo un ramo de rosas rosas. Perdón, quiero decir un ESPECTACULAR ramo de rosas de color rosa, una docena. Preciosas.

Y yo, que de los nervios no atino a abrir la tajeta con la mano que me queda libre, pienso: "que no las tenga que tirar, que no las tenga que tirar... ". Por fin saco la tarjetita, y mientras se me cae una lagrimilla mezcla de emoción, mezcla de nervios, mezcla de pena, leo un escueto pero que me resulta totalmente familiar:


"De tus padres"


Así que ya véis, será verdad que no se puede tener todo en la vida, pero si el balance es tener una familia y unos compañeros tan enormes, puedo estar contenta de lo que tengo.




¡¡¡¡Y FELICIDADES A TODAS LAS LOLAS!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario